Los cambios no suceden por arte de magia 

¿Te ha pasado que vas a la playa, te comés y tomás todo? Bailás, vas al mar, la pasás riquísimo pero volvés a la casa con 10 kilos más. 

Una vez en casa, te ponés a dieta y te empieza el complejo de vaca de pasar comiendo zacate, pero no ves cambios y no lográs bajar ni 100 gramos. ¡Qué dura la vida!

Ese ejemplo me lo dio mi hermana hace un tiempo cuando yo estaba creando un taller para personas que sufren de ansiedad. Ella me decía que nosotros los humanos esperamos que lo que hice en una semana se deshaga en la misma cantidad de tiempo. 

O sea que, si gano 10 kilos en una semana, creo poder perderlos por completo durante la semana siguiente. Y queremos que todo sea así rápido: perder peso, dejar de sentir ansiedad, etc. 

Para mí fue una gran enseñanza porque me di cuenta que la vida es injusta y que ningún cuerpo es igual a otro. 

Siguiendo con el viaje a la playa, fuiste con varios amigos y todos regresaron con esos kilitos de más. 

  • Amigo 1: Yo me puse a dieta y con controlar lo que como, ya voy recuperando el peso. 
  • Amigo 2: Yo sigo comiendo exactamente igual, solo que ahora estoy haciendo deporte. 
  • Amigo 3: Fijate que mi metabolismo se encarga, yo nada más descanso bien, llevo una vida tranquila y con eso recupero el peso. (Ese amigo tiene que ser el favorito de Dios). 

Por otro lado, vos probaste las tres técnicas y ninguna te sirvió. ¿Cómo es posible? 

Tomá el control y ejecutá 

Eso demuestra que todos los cuerpos son diferentes y que una receta no sirve para todo el mundo. Entonces, la mejor forma de enfrentar las situaciones es mejorando las probabilidades para llegar a ver cambios. 

Aplicá las tres técnicas para bajar esos kilitos de más: hacé ejercicio, comé bien, dormí suficiente y llevá una vida con poco estrés. Siguiendo las tres tus probabilidades de éxito serán muchísimo mayores que si las hicieras individualmente. 

Así que agarrá al toro por los cueros y atacá el problema desde diferentes ángulos. Olvidate del libro de recetas y convertirte en tu propio chef, armá tu propia receta y descubrí qué te sirve. 

Si hacés tu propia fórmula con lo que realmente funciona, vas a poder combatir aquello que te molesta desde todos los ángulos. Así no le dejás otra opción al cuerpo que bajar de peso sí  o sí. 

Ahora decime ¿en qué aspecto de tu vida crees que esto te funcione? ¿Qué querés cambiar hoy?